Por secuencias [relato]

-Mira al pasado al recordarme-


Hasta el momento todo marchaba como lo habíamos planeado. Había que acabar con toda esta locura. Teníamos la hora precisa. Laura y Sergio se habían encargado de ultimar pequeños detalles y del bote con el cual atravesaríamos la dársena del puente de la costanera, que tenía una extensión de casi un kilómetro casi exacto para llegar a destino y hacer historia… si… hacer historia… El acto en si era muy riesgoso, completamente suicida, pero la causa lo valía… juro que lo valía. Pucha, como no lo va a valer… si estos desgraciados querían ovejas. Querían cuartar la revolución del pensamiento a costa de poder y no precisamente cuartar la revolución Francesa o Cubana, no… esta era una revolución que por la cual valía la pena morir, defendiendo la integridad… Que el acto de estar en contra o tal siquiera razonar, no sea un acto fascista o como lo llamaban ellos antipatriótico… Está bien, también nosotros tuvimos excesos… no es que trate de minimizarlo… pero ellos empezaron primero… defendíamos la constitución Gnoseológica de la libertad que ellos pretendían reorganizar, con uñas y dientes, como lo hicieron ellos la noche de Mayo del 69, así de la misma forma… muerte a muerte… pero estos no reparaban en nada, lo nuestro era algo más sencillo, una bala y se acababa la cantinela… Estos te exprimían hasta la última gota de sudor, de sangre, así como te lo digo, aun recuerdo el golpe del 73, si más no sea como testigo…
Esa tarde atravesamos el rió sin ningún impedimento, al llegar redujimos la velocidad lentamente, aun no era el momento… el olor penetraba hasta los huesos. No recuerdo cuanto fue el tiempo que transcurrió, si diez, veinte, treinta minutos, solo que al escuchar el avión aterrizar en aeroparque sabíamos que era el momento, pasaría justo por debajo de nosotros, la bomba estaba dispuesta debajo de la capa asfáltica y estallaría en el preciso momento en el que pasare por aquí a consecuencia de la vibración y el peso del avión.
Pero imperceptiblemente todo salió al revés, la bomba estallo antes y solo pudo hacer un pequeño boquete atravesando a penas las cinco capas asfálticas, que provoco tan solo el desvió del avión Presidencial. A esa altura Sergio, Laura y Yo, estábamos en tierra, sin dejar rastro de lo sucedido, nos enteraríamos de lo ocurrido al día siguiente, en la tapa de los diarios. Varias semanas más tarde, nos habían secuestrado increíblemente en la esquina de Santa Fe y Callao. (Juro que esta vez no teníamos nada que ver). Ha Sergio y a Laura no los volví a ver… quien sabe en donde deben estar, jamás encontraron sus cuerpos. A mí me trasladaron a una Quinta, donde estuve casi dos años… escuchando solo una voz… por eso digo que estuve allí… no estoy loco… todo paso de verdad…
La vos según me dijo se llamaba Luciana… era de un Pueblito de Santa Fe, de la Flores -me dijo- había caído por un cerdo que la delato, después de haber intervenido en una manifestación Aborigen.
(Aun escucho los gritos, siento el impacto de los cuerpos contra la pared, las suplicas y luego el silencio)
-Aun me despierto por las noches sosegado por aquello…
Cada vez que nos sacaban de viaje, cada salida era un azar, luego de soportar y soportar, al volver nos arrogaban de nuevo al cuarto oscuro en donde según sus voces nos hospedaban y pasábamos la mayor cantidad de horas posibles ubicadas en la misma posición dada la insipiente oscuridad y los hematomas producidos producto del ultraje recibido… Ninguno pronunciaba tal siquiera una palabra del viaje… ya lo sabíamos… y pensé en ella en su integridad y guiados por el sonido de nuestra vos, nos encontrábamos y nos hundíamos en abrazos para cubrirnos del frió, jamás la escuche llorar o pronunciar alguna palabra, a veces pienso en ella, en su fortaleza y valentía y no dejo de preguntarme qué fue de ti. La última vez, nunca supe cuando fue, no supe ni la hora, ni el día, tampoco el año… No hay día que no recuerde cada una de esas sensaciones, sin recuerdos, sin memoria, ni imágenes, solo dolor, sufrimiento y oscuridad, aun no sé como describirlo. Pero había llegado el momento de blanquearme, luego de conducir estipulo por varias horas, había llegado el fin… -Me encontraba vencido, ya no importaba el después, lo juro-. El proceso consistía en que cada secuestrado haga la denuncia pertinente en cualquier comisaría avisando que había estado secuestrado y el cerdo interviniente ya sabía lo que tenía que hacer.
Al llegar me arrojaron del auto, me sacaron por fin las vendas… y todavía estaba allí… La noche. Las coplas de los árboles se movían de un lado al otro, jamás vi a ninguno de mis agresores, jamás… podía ser cualquiera… cualquiera… Me exigieron que camine aproximadamente 60 metros, para que encontrase la comisaría y que diga que había estado en Funes… Faltando dos metros, voltee hacia atrás, jamás lo había hecho, nunca lo había hecho… no había ninguno observándome.

II

Es muy temprano. Vuelvo la vista hacia el salón. Todos pasan quietos como inmóviles sobre mi vista. Su vos resuena martillándome la cien…
-Doctor… doctor… me oye… los militares… doctor… le dije que voy a matar a los militares…
-Si… si… -Mientras la observaba-
Hacia veinte años que no escuchaba esa frase completa, hace quince que obtuve el título de Doctor en Leyes y tampoco la había escuchado. Luego de mirarla con mucha atención y por supuesto sorpresa… de algún modo aun persistía, estaban allí todos esos espíritus… juro que me vi en esos ojos verdes reflejados. Alguien me dijo alguna vez “Ojos verdes, vida perdida”
-Va a matar a los militares… -Le repetí sin causa-
Pensé matarlos, algo que en verdad hubiese disfrutado en hacer, pero treinta años después hubiese sido como ellos. Luego de explicarle todos los contras de matar a los militares y de violar la totalidad de los Derechos Humanos, agarre mis libros y me retire así sin más… aquí no había ningún pro… Jamás lo hubiese imaginado… ya no…

…100 muertos y 49 heridos de gravedad fue el saldo del atentado ocurrido ayer por la tarde en la convención militar, que se estaba llevando a cabo en las cercanías de la petrolera de Dock Sud… Testigos afirman que una mujer entre 20 y 25 años se inmolo a tan solo tres o cuatro metros de la entrada principal de dicha convención, si bien aún se desconocen las causas, fuentes oficiales afirman que se había tratado de un acto de venganza, dado que la terrorista conocida como Natalia Disenso, hija de un Desaparecido en la época de la dictadura Rubén Ángel Disenso, habría reconocido a uno de los militares que presuntamente habría dado muerte a su padre entre los años 1977-1979…

-Han vuelto, Luciana… Luciana...

Muerto (En un sueño del presente)

He sido tan solo un prisionero de tus aflicciones
Que muere a cada instante
Que muere por la cándida claridad de tu alma
Que invade mis sentidos

He quedado preso de este sueño inverosímil
Que se ha quedado amarrado a esta cruz del presente
Sujeto al martirio del misterio que arrastra tu ser,
Sin aliento ante esta lucha por sobrevivir invadido de nostalgia

Cómplice voraz
Dueño de tus caricias
(Atrapándome)
La suave paz discernidora que embargan tus besos
La ingenua suavidad de tus manos que se hacen de mí
En este juego de pasiones.

Pero solo he hondado por los caminos del ocaso
Que me llevan lentamente hacia el camino de mi otra muerte

He muerto… He muerto de hambre y de sed ante esta osadía de amar

He muerto en la cruz del olvido y ausencia vestida de apariencia.
¿Dime... dime quien eres tú?
¿Dime... que quieres de mí?