Obra

Afrontando la vulgaridad de la muerte,
transcurren incansables las horas y el tiempo
(Incandescentes)
Afuera la furia de los vientos devasta todo a su
endeble y tácito paso y con él, los avatares desvelos del futuro
(que soportan estas fabulas micericas)

La noche sueña atravesando todo límite y atemoriza,
mostrando siempre -sin mentiras- su afable rostro

Y en el paño… el juego
(Descanso)

Abro los ojos y comienzo

He traspasado la línea taxativa que divide a la elección
de los acontecimientos
(Frente a mí los abismos
(no recuerdo mi nombre, ni mi rostro)
Brisas de otras vidas acechan y con ella la historia

Me empequeñece la altura y esta hartura sublime del
presente sonríe

(Amanece)

El silencio invade las paredes de la habitación,
su oscuro mengue y su interminable eco resuenan incansables
Se eriza mi piel (ciento fríos)
Los intentos por escapar se tornan inútiles

El cielo se ha cubierto de manera inverosímil
(En suspenso me encuentro)

Caigo

Voces

Volátiles sortilegios acechan

La memoria y las cenizas prevalecerán
(Y otra vez de nuevo comenzar)

Instante de sinceridad avalancha

Recuerdos que hieren y golpean, se traslucen lentamente,
la certera decidía se enclaustra
(Y tú aquí a mi lado)

Mis manos emergen de lo profundo, buscando salvación
(el lugar el océano)

Y frente de mí, el ineludible destino

Se doblegan mis fuerzas
La lucha es estéril
Acorralado sobre mí, La espada
(Y aquí dentro el laberinto)

Se escuchan sus pasos…
[Los guardianes y sus escoltas avanzan]

(Percibo sus rostros y sus ojos observándome)
Sin esmeros me rodean
Las hienas agazapadas acechan…
(Me devoran)
Y en los altares mi alma como fiel espectadora

(Despierto)
De nuevo la noche

A un poeta menor

A: Jorge Luís Borges

Pasa la cordura
Pasa lo trivial y lo profundo
Pasa la aurora anclándose en la historia

Te has envuelto en los devenires de la vida
Apoderándote de ellos
Te has rendido al arte de la divina poética
Perdido entre palabras preguntándote
Con hartura descarada que hubiese sido de ti
Sino hubieses sido tú.
Te has complementado durante siglos con las
Reglas simétricas de los decasílabos y hexámetros
Delatando tú más ínfimo secreto que siempre
Has rechazado invadido de rencores vestidos
De odios

Has buscado refugio en algún lugar
En algún rostro
En algún arquetipo donde poder encontrarte
(Desde aquel hombre misterioso llamado Whitman)
Hasta morir de hambre y de sed
Ante la procura de los otros ansiando ser tu
Y eras nadie… Hasta ser nuevamente tú
Ceñido de oscuridad preguntándote si ser o no ser
Era la cuestión

Te has perdido entre nieblas, vagando una y otra vez
En el espacio limitado de la tierra prometida
(El ajedrez era la vida y tu el Dios que movía las piezas)

Los místicos hablan de la noche oscura del alma
Lo cierto es que vida y muerte le han faltado a tu existencia

Has muerto tantas veces para luego volver a vivir y seguir
muriendo y sin embargo el incansable centinela invadido de
paciencia no te ha dejado (Le perteneces)


El amor ha sido un largo sueño, atrapado en la cruz del olvido
y desesperanza

Te has vertido en las profundas complicidades que atrae el
intrínseco misterio
Te has infundado temores que se han hecho de ti, a través del tiempo

Has pertenecido a la ilustre perpetuidad de los caballeros sajones
y junto a ti la ineludible espada métrica que como un viejo Rey te
juzga y te comprende

Has vivido en las penumbras de lo incierto, en la incertidumbre
de ser tú.

Lo cierto es que las intransigencias sustanciales te han hecho
desistir y abandonar a tu propia suerte lo que luego fue tu destino


-Has luchado y has vencido-


Has abandonado la sigilosa guardia del centinela
Los años te han mostrado la tan ansiada justicia Aristotélica
El amor ha sido el reto cara a cara con la vida atravesando su
endeble consecuencia.

Has culminado con la retórica batalla de Nortumbria
y su mitología con aquellas guerras de Yeart, Shaw y Shakespeare
Y la larga complejidad de las letras ha caído a tus pies
Convirtiéndote
En aire
En mar
En tiempo
En siglos
En polvo
Que al fin unió el amor y no el espanto.

Árbol de la noche

Los árboles de la noche estiran sus ramas
Te atrapan
Te absorben
Te subyugan
Regodeándose en su propia dadiva
En su interior ríe pues ha triunfado
La espesura de la bruma oscurece cubriendo
todo a su alrededor

El aire huelle a sangre

A cobardía
A muerte

Los instintos fluyen
La carga espiritual se hace más inmensa
Fluye en el aire el temor el indómito clamor
de la desdicha

(El sufrimiento es solo una parte)

¡¡Silencio alguien habla!!

Otra victima

Camino, si

He caminado sobre las llanuras
insoslayables de las misantropías
invadido de angustias y de dolor

He caminado sobre las llanuras
insoslayables de las misantropías
Contagiado de viejas costumbres
dejando de lado los primeros
instantes del pasado

Camino desnudo
Las heridas arden

Camino lento sobre las llanuras
de la misantropía, carente de paz
con los pasos cansados rumbo
a mi muerte

Perdido en el horizonte te busco

Ardida lucha
Gélidas voces
Los campos del aura y los tiempos
de otrora
El olvido es solo un ejercicio
El vacío del espíritu uno

Las noches se vuelven profundamente
eternas
Los días iguales unos con otros

El tiempo se ha anclado
aunque mi rostro y mis cabellos digan
lo contrario
Se ha anclado

Todo es más lento
Los amaneceres son tan solo el comienzo,
adagio de lo que involuntariamente vendrá,
solo sonrío

Te dibujas en el aire

Árida lucha
Gélidas voces
Y tu recuerdo que no cesa.