Ven aquí, ven aquí un momento, te suplico ven, que la realidad golpea a nuestra puerta buscando cobrarse alguna deuda y la soledad atemoriza. Mantente un poco en silencio, basta ya basta de reproches, no llames a la muerte. Ven aquí, ven aquí un instante, no me des la espalda hazme el favor, que los años han dejado sus huellas, que aun no es tarde. Mírame un momento, detente en mis ojos, obsérvalos, mira la tristeza acentuándose en sus pupilas. Ya no murmures ya no lo hagas, no demores, ven aquí, que tengo la garganta deshecha de tanto gritar tu nombre, que el mundo no es más que un granito de arena visto desde un calidoscopio, que tengo el alma abatida buscando refugio, de tanto encontrar silencio. No, no digas nada, calla, solo calla… Ven, siente la brisa, Vamos, que el amor es solo un atributo que jamás he dejado de sentir y que a cada instante es presente. No revuelvas viejas heridas. No, no lo hagas, Ven, siéntate aquí, junto a mí, enfrente de mí, justo aquí, deja que te observe, que mis ojos se pierdan un poco en ti recordando lo que fuimos y nunca dejamos de ser. Estrechémonos en mares de abrazos, que afuera, que afuera se encuentra el abismo y su infinito, que afuera hace frió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario