Aun hoy [Carta]

Querida mía:
El motivo de estas líneas se debe y advierte en el auspicioso pasado que ingenuamente se ha hecho de mí. No quiero por esto que sientas pena, no. Déjeme contarte que aquí mientras reflexiono ha comenzado el frió, consecuencia de que ha empezado el otoño un poco más temprano de lo acostumbrado y pronto los cadáveres de las primeras hojas denotaran tan terrible presagio.
Abril trascurre lento, a decir verdad no había pensado en realizar esta epístola. La necesidad consta de varios factores, entre ellos tu recuerdo, y si bien es cierto que dicho factor se ha venido sucediendo de forma contigua desde los últimos tres años, debo decir de manera vehemente que he modificado las formas de evocarte, dado que he intentado olvidarte a ultranza desde el mismo tiempo.
Demás está decir que no he sabido, ni tampoco he podido hacerlo, fue mejor aceptar esta sublevación como hecho patológico amoldando el mal menor como realidad casi estoica a un estado que se pueda controlar marcando entonces un aceptable equilibrio entre el pasado permanente y este presente atrayente, provocando así un inevitable dejo de resignación.
No temas… no me he olvidado de la realidad… del hoy… de mí ahora…
Sé que descansas en los brazos de otro hombre y aun así me siento a tal siquiera mencionarte como lo hacen estas líneas. ¿Qué oscuro misterio me llevara aun a ti? A pesar del tiempo y del olvido no logro comprender tan incorruptible atemporalidad.
La lástima es para todos aquellos débiles incapaces espiritualmente reflejada en la mirada de aquellos que se creen superiores.
Aun sueño contigo sabes, desde que no estas no he sido el mismo, aun no logro conseguir trasmitir alguna palabra a quienes ocasionalmente pasan por mi vida. Pena me ha dado no saber quiénes eran, dado que si cabe la comparación he hecho como Colon a los Indios, las he pasado por arriba.
En fin un día más que trascurre, evocándote, pronunciando tú nombre en secreto y la realidad siga su curso, soñando con un imberbe encuentro ocasional, teniendo por seguro de que no te pareces en nada a mi recuerdo, y lo sabré por la mera vibración de mis manos que al tenerte cerca sabrán quien eres y como eres y al reconocerte mis ojos sabrán en ese mismo instante la verdad.




Tuyo atentamente.

Ironico [relato]

Luego de mirarme fijamente a los ojos durante unos instantes se dio media vuelta y se marcho.
-Si quieres que regrese –le dije- será tarde… muy tarde… este es mi último adiós…
Fue lo último que mis labios articularon antes de partir, antes de tirar la toalla y abandonarlo todo… -adiós- y darle una lección a todos aquellos que como si fuere cualquier cosa me tiraron al medio del camino dejándome totalmente a la deriva, sin luz a la vera de los caminos de la oscuridad
Lo último. Lo último antes de llamar la atención, antes de ver como todo aquello se derrumbaba y darle la lección si… la lección… La lección.

Sufro al saberme vació en el fondo de un espejo a la hora de regresar. Justo detrás de ti.

Cuento del mirror [cuento]


Ahora recuerdo. Intrépida. Llegaste mostrándote en el más alto nivel del cinismo, haciéndote de mí, aunque debo admitir sin temor que jamás me he resistido. Tal vez fue por haber sido víctima de las elecciones que se han quedado sin resolver y que cada vez se encuentran más distante. Al fin lo recuerdo. Fue un domingo, si un domingo cuando comenzó, cuando empecé a extrañar la compañía de mi soledad. Los años transcurren y el amor no es más que un anhelo de esperanza, que de apoco fue quedando atrás… y al final muere.
Pero sucedió que el problema no fue solo aquello, si no que al despertar… Amanece. Los primeros rayos de luz entran intempestuoso invadiendo mi cuarto, sus paredes y el silencio. Mi soledad se había hecho de mi sombra aliándose a la memoria -testigo implacable del tiempo- asesina de mí, imaginando que vuelves… una vez más.
El suave frió de otoño acecha, Mayo ya muestra su agudeza, al mismo tiempo que los pasos se redoblan al pisar las hojas secas esparcidas por doquier.

Obra

Afrontando la vulgaridad de la muerte,
transcurren incansables las horas y el tiempo
(Incandescentes)
Afuera la furia de los vientos devasta todo a su
endeble y tácito paso y con él, los avatares desvelos del futuro
(que soportan estas fabulas micericas)

La noche sueña atravesando todo límite y atemoriza,
mostrando siempre -sin mentiras- su afable rostro

Y en el paño… el juego
(Descanso)

Abro los ojos y comienzo

He traspasado la línea taxativa que divide a la elección
de los acontecimientos
(Frente a mí los abismos
(no recuerdo mi nombre, ni mi rostro)
Brisas de otras vidas acechan y con ella la historia

Me empequeñece la altura y esta hartura sublime del
presente sonríe

(Amanece)

El silencio invade las paredes de la habitación,
su oscuro mengue y su interminable eco resuenan incansables
Se eriza mi piel (ciento fríos)
Los intentos por escapar se tornan inútiles

El cielo se ha cubierto de manera inverosímil
(En suspenso me encuentro)

Caigo

Voces

Volátiles sortilegios acechan

La memoria y las cenizas prevalecerán
(Y otra vez de nuevo comenzar)

Instante de sinceridad avalancha

Recuerdos que hieren y golpean, se traslucen lentamente,
la certera decidía se enclaustra
(Y tú aquí a mi lado)

Mis manos emergen de lo profundo, buscando salvación
(el lugar el océano)

Y frente de mí, el ineludible destino

Se doblegan mis fuerzas
La lucha es estéril
Acorralado sobre mí, La espada
(Y aquí dentro el laberinto)

Se escuchan sus pasos…
[Los guardianes y sus escoltas avanzan]

(Percibo sus rostros y sus ojos observándome)
Sin esmeros me rodean
Las hienas agazapadas acechan…
(Me devoran)
Y en los altares mi alma como fiel espectadora

(Despierto)
De nuevo la noche

A un poeta menor

A: Jorge Luís Borges

Pasa la cordura
Pasa lo trivial y lo profundo
Pasa la aurora anclándose en la historia

Te has envuelto en los devenires de la vida
Apoderándote de ellos
Te has rendido al arte de la divina poética
Perdido entre palabras preguntándote
Con hartura descarada que hubiese sido de ti
Sino hubieses sido tú.
Te has complementado durante siglos con las
Reglas simétricas de los decasílabos y hexámetros
Delatando tú más ínfimo secreto que siempre
Has rechazado invadido de rencores vestidos
De odios

Has buscado refugio en algún lugar
En algún rostro
En algún arquetipo donde poder encontrarte
(Desde aquel hombre misterioso llamado Whitman)
Hasta morir de hambre y de sed
Ante la procura de los otros ansiando ser tu
Y eras nadie… Hasta ser nuevamente tú
Ceñido de oscuridad preguntándote si ser o no ser
Era la cuestión

Te has perdido entre nieblas, vagando una y otra vez
En el espacio limitado de la tierra prometida
(El ajedrez era la vida y tu el Dios que movía las piezas)

Los místicos hablan de la noche oscura del alma
Lo cierto es que vida y muerte le han faltado a tu existencia

Has muerto tantas veces para luego volver a vivir y seguir
muriendo y sin embargo el incansable centinela invadido de
paciencia no te ha dejado (Le perteneces)


El amor ha sido un largo sueño, atrapado en la cruz del olvido
y desesperanza

Te has vertido en las profundas complicidades que atrae el
intrínseco misterio
Te has infundado temores que se han hecho de ti, a través del tiempo

Has pertenecido a la ilustre perpetuidad de los caballeros sajones
y junto a ti la ineludible espada métrica que como un viejo Rey te
juzga y te comprende

Has vivido en las penumbras de lo incierto, en la incertidumbre
de ser tú.

Lo cierto es que las intransigencias sustanciales te han hecho
desistir y abandonar a tu propia suerte lo que luego fue tu destino


-Has luchado y has vencido-


Has abandonado la sigilosa guardia del centinela
Los años te han mostrado la tan ansiada justicia Aristotélica
El amor ha sido el reto cara a cara con la vida atravesando su
endeble consecuencia.

Has culminado con la retórica batalla de Nortumbria
y su mitología con aquellas guerras de Yeart, Shaw y Shakespeare
Y la larga complejidad de las letras ha caído a tus pies
Convirtiéndote
En aire
En mar
En tiempo
En siglos
En polvo
Que al fin unió el amor y no el espanto.

Árbol de la noche

Los árboles de la noche estiran sus ramas
Te atrapan
Te absorben
Te subyugan
Regodeándose en su propia dadiva
En su interior ríe pues ha triunfado
La espesura de la bruma oscurece cubriendo
todo a su alrededor

El aire huelle a sangre

A cobardía
A muerte

Los instintos fluyen
La carga espiritual se hace más inmensa
Fluye en el aire el temor el indómito clamor
de la desdicha

(El sufrimiento es solo una parte)

¡¡Silencio alguien habla!!

Otra victima

Camino, si

He caminado sobre las llanuras
insoslayables de las misantropías
invadido de angustias y de dolor

He caminado sobre las llanuras
insoslayables de las misantropías
Contagiado de viejas costumbres
dejando de lado los primeros
instantes del pasado

Camino desnudo
Las heridas arden

Camino lento sobre las llanuras
de la misantropía, carente de paz
con los pasos cansados rumbo
a mi muerte